Efeméride: Nevada del 12 febrero de 1983
Por Paco Ayuso
El próximo 12 de febrero conmemoramos el 40 aniversario de la última gran nevada en Molina de Segura, el mismo día que quien subscribe esta efeméride cumple años o el mismo día que se editó el último número del memorable diario Línea, son demasiadas efemérides para que un 12 de febrero de 1983 pase desapercibido.
Era un sábado de mercado cuando aún se hacía en la calle de La Estación y Paseo Rosales, el tiempo estaba nublado desde muy temprano como si fuera a llover en una mañana muy fría. Los jóvenes aún estaban en la cama tras pasar un viernes noche en discoteca S´heylas, bailando, bebiendo y sin parar de reír.
Mientras los niños iban a jugar su jornada de ligas escolares en las pistas del instituto de FP y colegio Salzillo, los hombres de la casa habían marchado a echar unas horas a las fábricas de conservas para limpiar bien la maquinaria en la recta final de la campaña de la naranja, y sobre todo mientras hombres y mujeres hacían el tradicional mercado semanal, de repente ante la sorpresa y estupor estaba nevando, si es verdad eso es nieve, madre mía que está nevando Fica se gritaba en el mercado.
Así iba de boca en boca, de aviso en aviso, achó o achá que está nevando, se oía por todos los rincones del municipio, todo el mundo quería vivir el histórico momento, la gran mayoría de molinenses nunca habían visto nevar, salvos los más veteranos del lugar que recordaban la de 1926 comparable a la que estaban ahora viendo sus ojos.
Como si un regalo lleno de magia entrara en sus vidas aquella mañana de sábado.
Serían las 9 de la mañana, si la memoria no nos falla, cuando comenzaron a caer del cielo aquellos primeros copos que fueron tomando intensidad y que terminaron cuajando y tiñendo Molina de Segura con un gran manto blanco.
Los niños se echaron a la calle, las competiciones colegiales deportivas se habían suspendido por la nevada y la única competición era tirar bolas de nieve, como si un regalo lleno de magia entrara en sus vidas aquella mañana de sábado.
Los fotógrafos hicieron caja, pues hubo gran demanda de carretes para fotografiar en familia el momento para la historia, las calles se llenaron de familias enteras retratándose aquella tarde de sábado, haciendo bolas de nieve, cuidado con la abuela que no se resbale y los tradicionales muñecos de nieve, los descampados de los huertos donde hoy está el parque de la compañía fue el escenario ideal, uno tras otro se podían ver con su respectiva zanahoria como nariz y que daban un poco de miedo cuando comenzaba a anochecer.
Ahora se cumplen 40 años de uno de los sábados más memorables de nuestras vidas, los que vivimos aquel momento.