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A la Unión Molinense le sobra Arte

Entrevista a Nana Kwaku Obeng: Entre el Arte y el Fútbol

Hernan-Rodriguez
Hernán Rodriguez

En la escena deportiva y artística de este año, una figura destaca por combinar dos pasiones que, a primera vista, parecen mundos aparte: el fútbol y el dibujo. Hablamos de Nana Kwaku Obeng, jugador del club Unión Molinense, quien llegó esta temporada 2023/24 procedente del UCAM. A sus 25 años, Nana no solo brilla en el campo como futbolista de la tercera división del club, sino también fuera de él, como un talentoso artista cuyas obras han capturado la atención de muchos.

Nacido en Accra, Ghana, el 5 de enero de 1998, Nana ha sabido equilibrar su vida entre los entrenamientos y su pasión por el dibujo, una habilidad que ha cultivado desde su infancia. Durante nuestra conversación, compartió cómo estas dos facetas de su vida se complementan y enriquecen, ofreciéndonos un vistazo a su mundo interior y sus aspiraciones futuras.

¿Cuándo comenzó tu pasión por el dibujo?

Mi pasión por el dibujo comenzó en mi infancia. Desde pequeño, me encantaba plasmar mi imaginación sobre cualquier superficie que encontraba con lápices y bolis. Con el tiempo, el dibujo se convirtió en más que una afición, se convirtió en una forma de expresar mis emociones y conectar con el mundo que me rodea.

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¿Cómo compaginas el fútbol y el arte?

Combino mi trabajo como futbolista con mi segunda pasión que es dibujar de una manera única. Dedicarme al fútbol, que es mi principal pasión, me permite tener mucho tiempo libre para poder estudiar y mejorar en el arte, que también me sirve como una terapia creativa para descansar la mente de la carga física y emocional del día a día.

¿Te gustaría exponer tu trabajo?

¡Sí, por supuesto! Compartir mi obra con otras personas es un sueño para mí. Creo que el arte tiene el poder de conectar a la gente y evocar emociones, y me encantaría que otros pudieran experimentarlo a través de mis creaciones.

Desde el campo hasta el caballete, Nana Kwaku Obeng sigue demostrando que la pasión, ya sea por el deporte o por el arte, puede llevarnos a conectar con otros en formas profundas y significativas. Su historia es un recordatorio de que los límites entre nuestras pasiones son, muchas veces, tan solo líneas imaginarias que estamos más que capacitados para cruzar.

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