Se celebra el 50º aniversario desde que nuestra piscina abrió sus puertas
Efemérides: 50 Años de la Piscina Olímpica de Molina
Se celebra el 50º aniversario desde que nuestra piscina abrió sus puertas. La piscina olímpica, situada en la ciudad deportiva El Romeral de Molina de Segura, cumple sus bodas de oro, pues han pasado ya 50 años desde que abrió sus puertas aquel domingo 2 de julio de 1974, a las diez de la mañana, con precios populares y con don Ramón Gil Moreno como alcalde. La piscina abriría sus puertas con un año de retraso, pues aunque sus trabajos se iniciaron en los primeros meses de 1973, con fecha de inauguración prevista para el entonces glorioso 18 de julio del mismo año, después se intentó hacerlo a mitad de agosto, pero tampoco pudo ser; todo quedó ya para el próximo verano de 1974.
Molina de Segura, por aquel entonces, tenía un gran problema en verano: no tenía piscina, a pesar de que estaba ya programada diez años antes, cuando en 1964 se presentó un macroproyecto en el hoy polideportivo. Allí se quería construir un campo de fútbol con graderío para 4,800 personas, una pista de atletismo, una pista de baloncesto, un gimnasio y una piscina. De haberse hecho realidad, hubiese sido seguramente la primera ciudad deportiva, si no de España, sí de la región.
Sin embargo, la realidad fue otra: en 1967 se construyó un campo de fútbol, hoy llamado Elía Martínez en el Romeral, un campo de tierra sin gradas ni paredes. En 1974 llegó la piscina, en 1982 las pistas de atletismo, entonces de arena, en 1983 las piscinas pequeñas, y en 1985 el primer pabellón en la Avenida de Valencia, hoy Kike Boned, seguido años después por los últimos pabellones. Molina de Segura consiguió a lo largo del tiempo lo que se había programado en 1964, en una presentación que trajo a Molina de Segura al mítico Juan Antonio Samaranch.
Pero hasta aquel verano de 1974, los habitantes de Molina, para darse un chapuzón, tenían que hacerlo en el río, con su peligrosidad y donde, según la crónica negra, más de un niño había perdido la vida. Para bañarse en la piscina, había que irse a la entonces macro piscina de Archena, que en aquellos años era de las mejores de Europa, como así estaba catalogada, en Murcia o lo más cercano a Las Torres de Cotillas, ya que Molina de Segura, desde que había cerrado su primera piscina en 1955 conocida como la del lago, al lado de la iglesia de la Asunción, no la tuvo durante casi 20 años.
Volviendo a nuestra piscina, con una gran profundidad, adaptada para competiciones olímpicas, lo que dio al nacimiento del club Natación Molina, que hizo ilustre la natación en nuestro municipio en los años setenta y ochenta, tenía unos grandes dobles trampolines. Estos se retiraron a principio de los ochenta, como en todas las piscinas, debido a los múltiples accidentes, muchos de ellos mortales, que se producían desde los altos y monstruosos trampolines que adornaban las piscinas del país. El miedo a saltar, las bromas y los empujones terminaban con los niños y no tan niños impactando sobre el hormigón gravemente herido. En 1983 se construyeron las piscinas pequeñas y, entre 1988 y 1990, después de cerrar sus puertas al baño, se convertía en discoteca bajo la firma de Karpas de discoteca S’heylas, donde en las noches de la movida molinense veraniega, además de bailar y tomar una copa, te podías bañar bajo la luz de la luna y el ruido de los operarios de la fábrica de conservas Hernández Contreras que trabajaban hasta altas horas de la noche la temporada del melocotón. Desde entonces hasta nuestros días, la piscina de Molina de Segura por su espacio y variedad ofrece una gran cartelera, con sus baños y sus actividades en los atardeceres culturales, pues si la piscina de Molina celebra 50 años llenos de historia.
La primera piscina entre 1952 y 1955 dio paso al cine Brasil.
La primera piscina que hubo en Molina sería la de “el lago” o la del sastre, como así se conocía a su promotor, José María Bermejo López, y que tuvo una corta vida. Situada al lado de la iglesia de la Asunción, detrás del bar del Cepa en la plaza entonces del Rogelio Gil, hoy plaza de la región murciana. Su entrada estaba frente a la actual oficina de turismo, se llenaba con el agua de la acequia, un proceso que tardaba 24 horas, luego se le aplicaba cloro líquido y sulfato. La piscina, con 25 casetas y un pequeño trampolín, donde se llegaron a hacer pequeñas competiciones de natación, en la que los hombres se bañaban un día y las mujeres otros. Se cuenta que los mozos, en los días de las mujeres, uno de ellos, el jueves, se subían al campanario de la iglesia para verlas en bañador, este garrulismo unido a las continuas gamberradas, como cuando el gracioso de turno levantaba la tapa buceando para que se vaciara la piscina y al día siguiente no hubiese baño, hizo que José María Bermejo cambiara la actividad. Su siguiente destino ya en 1955 sería el cine Brasil, tras tapar la piscina, sustituirla por sillas, una pantalla, un proyector y la cantina donde los asistentes degustaban unas exquisitas patatas asadas. Su primera película “La Violetera” de Sara Montiel marcó una época para aquellos que la disfrutaron aquel verano de 1955 y 1956. Luego sería un aparcamiento, para más tarde convertirse en la tintorería López y fotos Sato, donde años atrás, por primera vez, los habitantes de Molina disfrutaron de su primera piscina.