MOLINA

Paquito el Ministro: El legado de un enfermero y escritor local 

Hablamos con Aurelia Fernández Fernández, quien nos comparte con orgullo y emoción detalles sobre la vida de su hermano Francisco.

Foto-paquito-el-ministro_portada

Francisco Fernández Fernández, conocido como Paquito el Ministro o el Practicante, fue una figura emblemática en la historia de Molina de Segura. Su vida estuvo marcada por la dedicación al servicio de su pueblo en el ámbito de la sanidad, la investigación de la cultura y memoria histórica local. Su hermana, Aurelia Fernández Fernández, comparte con orgullo y emoción detalles sobre la vida de este hombre excepcional.

El apodo de “Ministro” se remonta a su padre, nos comenta Aurelia. «Nos contó nuestro padre que cuando era pequeño, su madre solía peinarlo y le decía que estaba guapo y parecía un “ministro”. A él le gustó el apodo y sus amigos comenzaron a llamarlo así. Y ya se nos quedó el apodo de “hijos del Ministro”».

Nacido el 9 de octubre de 1935, Paquito fue el primer enfermero titulado de Molina de Segura. En 2009, el ayuntamiento de Molina de Segura lo nombró hijo predilecto. Además de su trabajo en enfermería, fue autor del libro “Molinenses y costumbres Olvidados”, en el que recopiló más de dos mil fotografías y relatos de hombres y mujeres del pueblo, con el objetivo de preservar la memoria histórica local.

Logo

Aurelia relata que su hermano soñaba con ser médico, pero las dificultades económicas y la falta de educación pública en ese campo en Molina lo llevaron a estudiar enfermería en Espinardo y Valencia. Tras completar su formación, se convirtió en el único enfermero titulado en Molina, donde brindó su ayuda con un gran espíritu de servicio, incluso atendiendo a personas que no podían pagarle.

Su hermana recuerda cómo iba a las casas de sus pacientes para administrarles inyecciones, y cómo en una ocasión casi vivió en casa de un señor que necesitaba suero cada hora. También atendía a personas en el barrio de la Rambla, donde no había ni luz, y a quienes no podían pagarle les decía que no se preocuparan y que le pagaran si podían.

Su etapa en el servicio militar también fue crucial en su formación, ya que aprendió técnicas médicas avanzadas en el Hospital Militar de Melilla. Su hermano esperaba poder estudiar medicina allí, incluso uniéndose al ejército. Se fue a Melilla y enfrentó algunos problemas debido a que su padre había sido republicano y estuvo cinco años en la cárcel, por ese motivo, un alto cargo le dijo que no podría ser brigada practicante.  Al regresar a Molina, Paquito aplicó esos conocimientos en su labor como enfermero, sorprendiendo incluso a los médicos con sus habilidades, como administrar sueros gota a gota en la vena en lugar de en el muslo y extraer sangre a los bebés pinchándolos en la yugular.

Además de su trabajo en la sanidad, fue un apasionado del fútbol y llegó a jugar en el equipo local, el Molinense. Sin embargo, sus responsabilidades laborales lo llevaron a abandonar el deporte. Por otro lado, se unió a la junta del cementerio de Molina, luchando por mejorar las condiciones del lugar y logrando que se convirtiera en municipal. Trabajó en la empresa de envases metálicos como practicante de empresa, en la Mutua Murciana y en la Seguridad Social como practicante.

paquito_el-practicante_en-moto

También se preocupó por las personas de Molina que habían aportado mucho al pueblo, pero habían sido olvidadas. Por ello, decidió escribir un libro sobre las costumbres olvidadas de Molina, recopilando información y fotografías para preservar la memoria histórica local. Para ello, visitaba el cementerio después del trabajo y hablaba con el enterrador, Joaquín, quien le proporcionaba datos sobre las personas fallecidas. Además, contactaba con las familias de los difuntos para obtener fotos y detalles de sus vidas.

Su primer libro fue tan exitoso que la gente le pidió que escribiera un segundo, aún más extenso. La presentación de su segundo libro, sin embargo, marcó un momento difícil en su vida, pues durante el evento se desmayó y tuvo que ser hospitalizado. Le diagnosticaron un problema cardíaco congénito y le colocaron un marcapasos, pero su salud siguió deteriorándose hasta su fallecimiento el 17 de abril de 2013.

A pesar de las dificultades económicas y los obstáculos que enfrentó a lo largo de su vida, Paquito nunca dejó de soñar con ser médico. Sin embargo, su pasión por el campo de la salud lo llevó a ser un enfermero excepcional y a dejar un legado duradero en la comunidad de Molina de Segura. Sus libros, en particular, son un testimonio de su incansable labor para honrar a las personas olvidadas de Molina y preservar la memoria histórica local.

Hoy en día, el legado de Paquito el Ministro sigue vivo en las calles de Molina de Segura y en los corazones de quienes lo conocieron y apreciaron su compromiso y dedicación al pueblo. Su historia es un ejemplo de perseverancia, servicio y amor por su comunidad, y su memoria perdurará por generaciones.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba