Música y vida
¿Qué decir de la música que no se haya dicho ya? La música es la medicina del alma, embriaga nuestros sentidos y alimenta nuestro espíritu. Hay bandas sonoras y musicales que perdurarán a través del tiempo y llegarán a nuestros nietos, al igual que a nosotros nos llegaron las cancioncillas populares o los grandes clásicos: Mozart, Beethoven, Vivaldi, etc.
En mi vida personal la música ha estado muy presente desde siempre. Ya desde antes de nacer, cuando mi madre se acostaba en el sofá y se ponía a Richard Clayderman o a Laura Pausini, yo empezaba a darle toquecitos en la barriga (y a decir de ella no eran toquecitos de desagrado).
Desde bien pequeño, antes incluso de echar a andar, salía corriendo con mi tacatá cada vez que oía alguna melodía de la tele, bien fuera de anuncios o de algún concurso, ¡Ah! Y para dormirme solía entonar un melodioso tarareo. Así pues, no es de extrañar que haya crecido con gran afición por la música, tanto la clásica como la moderna. A mí la música me relaja e incluso me ayuda a dejar aparcados, durante unos minutos, mis tics.
La música ayuda a personas tristes a reponerse o a enfermos a recuperarse
Ha quedado sobradamente demostrado, por diversos estudios, que la música ayuda a personas tristes a reponerse o a enfermos a recuperarse, aún recuerdo esas imágenes de un joven que fue operado del cerebro sin anestesia, mientas tocaba el saxo, dieron la vuelta al mundo. Hay niños autistas que son verdaderos virtuosos de algún instrumento, y hay enfermos de Alzhéimer que no son capaces de atarse los cordones de los zapatos y, sin embargo, mantienen vivas en su mente esas melodías que tanto les gustaban, quizás sea porque muchas veces solemos ligar momentos de nuestras vidas a alguna canción, ¿Quién no tiene un recuerdo ligado a una melodía? Suelen ser recuerdos entrañables o sentimentales, pero también los hay indeseables, sea como fuere, la música nos anima, nos ennoblece, nos hace felices o simplemente nos ayuda a abstraernos. Poned música en vuestras vidas y dejaos llevar.
