MOLINA

L@s nuev@s tecnologí@s

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Alejandro Bernal

¿Alguna vez te has preguntado si haces un buen uso de la tecnología de la que dispones?… Si entras en pánico cuando no puedes usar tu teléfono móvil o te pasas horas y horas conectado a las redes sociales o jugando a un videojuego, puede que, al igual que millones de personas de este siglo veintiuno, tengas una cierta dependencia de los aparatos electrónicos y las muchas “posibilidades y distracciones” que te ofrecen.

La tecnología bien usada puede ayudarnos a aprender cosas nuevas, a organizar mejor nuestro tiempo o trabajo, incluso puede acercarnos a aquellos amigos y familiares que tenemos lejos. Pero si no la usamos debidamente, si nos obsesionamos y/o creamos dependencia de ella podríamos tener un grave problema, ¿Sabíais que ya hay especialistas tratando a jóvenes dependientes de las nuevas tecnologías?

Ese apego a las nuevas tecnologías, a lo virtual, puede afectarnos tanto físicamente como psicológicamente

Voy a tratar de explicaros la diferencia entre depender de las tecnologías y tener el control sobre éstas con un sencillo ejemplo:

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Los fotógrafos profesionales conocen su cámara y saben utilizar los parámetros Iso, Diafragma y Velocidad de Obturación para conseguir el resultado que buscan, vamos que, son capaces de controlar su máquina, por contra, alguien que haga fotos y no disponga del conocimiento para manejar esos parámetros usará la misma cámara en automático, con lo cual, ese alguien dependerá de la máquina y aceptará el modo en el que salgan las fotos sin cuestionarse si están bien o mal.

El apego a las nuevas tecnologías no es fortuito, son tan fáciles de usar que enseguida nos enganchan y por otro lado siempre podemos tener lo que queramos cuando lo queramos, a esa inmediatez se le llama “gratificaciones instantáneas” que si os fijáis es todo lo contrario a la vida real, en la cual, conseguir lo que queremos muchas veces lleva tiempo, esfuerzo y trabajo, y aun así no siempre lo conseguiremos y acabaremos errando o frustrados, pero estamos aprendiendo y el aprendizaje es avance. La frustración forma parte de los logros, el escape virtual que al instante nos premia no nos suma, nos resta. Ahora bien, ese apego a las nuevas tecnologías, a lo virtual, puede afectarnos tanto físicamente como psicológicamente. Algunos de los problemas más comunes son: La Adicción a los videojuegos y la Nomofobia, (que consiste básicamente en no poder despegarse del móvil). No tenerlo en todo momento hace que las personas se desesperen e incluso no puedan dormir. Otros problemas a tener en cuenta son el desencanto y la depresión. La gente sube a sus redes sociales fotos y estados de sus mejores vivencias y eso está muy “guay”,  lo que muchos no entienden y eso los lleva al descontento es que esas instantáneas que consiguen tantos likes son de momentos puntuales que no pueden alargarse en el tiempo. Nadie es eternamente feliz y llegara un día en que no tengan nada interesante que publicar o que esté a la altura de lo ya publicado. Por otro lado, tu constante comparación con ese contenido, el ver que tu vida no es tan interesante como la de esa otra persona, provoca en ti tristeza cuando no desolación.

Los avances en la tecnología no son todos buenos ni todos malos, depende de cómo los usemos

Yo mismo me he visto abrumado muchas veces por ver en las redes sociales que un amigo se ha ido de viaje, otro ha ganado un premio, aquel otro se ha independizado, etc. … Veo eso y de inmediato pienso o casi asumo, que tienen una vida mejor que la mía, pero, ¿Es eso cierto o sólo una ilusión? (Nadie tiende a publicar sus fracasos, tristezas o ansiedades).

Pienso que es importante, sobre todo, enseñar a los más jóvenes a usar estas nuevas tecnologías correctamente para no ponerse en situación de vulnerabilidad. Hay que hacerles entender que no pueden exponer sus vidas en las redes, que no han de contarlo todo de todo, que han de tener cuidado con las personas que conocen a través de Internet (no todas son de confianza) y animarlos a que socialicen en el mundo real, no solo en el virtual solo porque les sea más fácil interactuar. Algunos chicos (cada vez lo hacen desde más temprana edad) ya no se llaman, solo Wasapean o lo que es peor, se comunican a través de emoticonos.

Conclusión, los avances en la tecnología no son todos buenos ni todos malos, depende de cómo los usemos, y creo, sinceramente, que tenemos la responsabilidad de usarlos con conocimiento, con cabeza y de una manera que no afecte negativamente a nuestras vidas ni a las de los demás.

¡Vuelve a salir a la calle! Ve al cine, queda para tomar un café o simplemente reúnete con tus amigos para hablar… Creedme, es lo más indicado para liberarte de ese yugo invisible que son las nuevas tecnologías, ¡Sé libre de nuevo!

-Cómo apunte final y para que podáis reflexionar un poco, os dejo algo que oí en una interesantísima charla. ¿Sabíais que los “mandamases” de las nuevas tecnologías, aquellos que cada día se enriquecen gracias a que no podemos prescindir del móvil, Facebook, Instagram, etc… envían a sus hijos a colegios donde se los eduque a la antigua y no haya acceso a las nuevas tecnologías porque quieren que aprendan a vivir y disfrutar de la vida como antaño; a memorizar una fecha, un número de teléfono, una dirección, a buscar la información en una enciclopedia, a jugar sin la intermediación de un mando, a mantener una charla o coloquio, y a un sinfín de cosas que hemos ido metiendo en el baúl de los recuerdos y deberíamos ir desempolvando?.

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