El Sacerdote de la eterna sonrisa: Luis Gomáriz Hernández
El Sacerdote de la eterna sonrisa, Luis Gomáriz Hernández hijo predilecto de Molina de Segura
El ayuntamiento de Molina de Segura nombraba junto al maestro Ángel Jiménez (Camilo), hijo predilecto de Molina de Segura a Luis Gomáriz párroco molinense, maestro y sacerdote, dos devociones de entrega a los demás. Para mí es fácil escribir el artículo del sacerdote Luis Gomáriz, como siempre le conocimos, “el sacerdote de la eterna sonrisa”, y digo que es fácil porque tuve la suerte de compartir pupitre y cursos en el antiguo colegio La consolación en El Paseo Rosales, entre 1979 y 1984 o lo que es lo mismo desde los 9 a los 14 años que terminamos el octavo curso.
La Infancia de un Sacerdote Excepcional
Ya de niño era un encanto, bondadoso, simpático, niño estudioso y aplicado, gamberro cuando tocaba y valiente cuando había que serlo, tras su etapa en las antiguas escuelas continúo estudiando bachiller, hasta que le llego la llamada definitiva a entregarse a los demás. Ingreso en el preseminario en el año 1.990 cuando contaba con 20 años.
Historial eclesiástico
- 1990 Preseminario
- 1991 Seminario Mayor San Fulgencio
- 1996 El Salvador (Caravaca)
- 1997 Parroquia San José (Águilas)
- 1999 San Juan Bautista (Jumilla)
- 2003 Nuestra señora del Carmen (Lorca)
- 2012 Sufre un severo Ictus
- 2013 Residencia de Fátima (Molina de Segura)
- 2014 Iglesias Torrealta y Los Conejos
- 2021 San Vicente Martil (Molina de Segura)
El preseminario es el año externo antes de ingresar en el seminario, donde dedicaba un fin de semana cada 15 días, mientras cursaba los estudios de graduado social. En septiembre de 1991 ingresa definitivamente en el seminario Mayor de San Fulgencio.
Cinco años después realiza el diácono en la iglesia El Salvador de Caravaca, tras un año en tierra santa inicia su andadura como sacerdote en la Parroquia San José de Águilas el 29 de junio de 1997.
Tras dos años en la población costera toma rumbo a Jumilla para dirigir la iglesia de San Juan Bautista donde permanece hasta 2003, su siguiente estación sería Lorca en Nuestra Señora del Carmen, en la ciudad del sol permaneció nueve años, donde vivió los momentos más dramáticos de su vida.
El 11 de mayo de 2.011 la ciudad de Lorca vivió un terrible terremoto, ese fue el último día que Luis Gomáriz escucho las campanas de su iglesia, el terremoto de gran magnitud donde el 80% de las viviendas de la población resultaron dañadas, y donde hubo que derrumbar edificios enteros. La iglesia del Carmen no se libraría del diabólico temblor donde parte de su campanario cayó al vacío.
Superando la Adversidad: El Ictus
En el año 2012 a Luis Gomáriz le llega la prueba más dura de su vida, desde los terremotos había sido un año muy difícil para el párroco molinense, el drama vivido por muchos de sus feligreses y de la ciudad, donde mucha gente se había quedado de la noche al día sin nada, el estrés, las grandes preocupaciones diarias le pasaron factura, así una noche mientras dormía le sufría un severo ictus que le llevo a bordear la muerte, le quedaron secuelas muy severas, hasta el punto que tuvo que aprender de nuevo, andar, hablar, a leer y a escribir volviendo como en nuestra niñez, en el colegio de la consolación, volviedo a utilizar los cuadernos Rubio.
Regreso a Molina de Segura a la casa de sus benditos padres en la calle Santa Teresa para recuperarse y entonar el volver a empezar en la vida, las secuelas daban por hecho que sus días de párroco habían acabado, pero Luis Gomáriz demostró ser todo un sodado de cristo o tal vez un auténtico héroe de leyenda, de esos que vemos en las películas de Oscar en Hollywood.
En su pueblo, en su Molina, su recuperación fue milagrosa, y es que Dios nunca abandona a sus hijos más predilectos, no podía dejarnos sin su presencia en nuestras vidas y más con los tiempos que corren en esta sociedad.
Tras su primera recuperación, contra pronóstico volvió al sacerdocio en la residencia de ancianos de Fátima, Luis Gomáriz eligió ser el capitán de su propio destino, un año después volvía a la iglesia oficiando misas en Los Conejos y en Torrealta corría el año 2014, Luis tenía por entonces 34 años, tan solo dos años después volvía a ser el que fue, solo los elegidos serían capaces de hacer tan hombrada proeza.
Renovando la Fe en Torrealta
En la Torrealta cambio la forma de hacer iglesia, fue lo más parecido al padre Eugenio en la serie “cuéntame cómo paso”, donde involucro a toda una población alrededor de la parroquia, donde los torrealteños le tenían verdadera devoción, aquella circunstancia llamo poderosamente la atención a la entonces alcaldesa Esther Clavero, que comenzó los tramites para nombrarlo hijo predilecto de Molina de Segura.
El 15 abril de 2022, fallece el párroco de San Vicente Martil, Antonio López Belchí, en el mes de junio Luis Gomáriz es nombrado nuevo párroco del templo, dos meses después, tras terminar su solemne labor en la Torrealta toma posesión el 28 de agosto.
Como decimos Esther Clavero había iniciado los tramites para declararlo hijo predilecto de Molina de Segura, pero la pandemia ralentizo la propuesta, que retomo Eliseo García siguiente edil y ahora José Ángel Alfonso actual alcalde. Junto a Ángel Jiménez, Luis Gomáriz fueron declarados en pleno del ayuntamiento de Molina de Segura por unanimidad (condición necesaria) hijos predilectos, con lo que en próximas fechas inscribirán su nombre para la eternidad, sin duda para la ocasión del registro en el libro, habrá que utilizar tinta de oro y brillantes, pues a hijos predilectos como Luis Gomáriz o el propio Camilo (Ángel Jiménez), solo le podemos decir aquello, de gracias por haberos cruzado en nuestras vidas.