Valores en Juego: Encuentro con el árbitro Alejandro Martínez Flores en el CEIP San Miguel
El día de ayer, tuvimos el privilegio de asistir a una charla coloquio en el CEIP San Miguel, destacada por la presencia del árbitro internacional murciano de fútbol sala, Alejandro Martínez Flores. Antes de comenzar el evento, que captó la atención de alumnos de tercero a sexto de primaria en la pista cubierta del colegio, aprovechamos la oportunidad para hablar con Iván Cabeza, el maestro responsable de la organización del evento. La charla se centró en la importancia de los valores, la integridad y el juego limpio en el deporte, temas cruciales en la formación de jóvenes estudiantes. Además, tras la charla, también tuvimos la oportunidad de conversar con el árbitro Alejandro Martínez Flores, quien nos atendió muy amablemente, compartiendo su experiencia y perspectiva sobre el arbitraje en el deporte.
Educando en Valores: Un Enfoque Integral del Deporte y la Convivencia
Iván nos cuenta que “este año, nuestra Semana Cultural está dedicada a los Juegos Olímpicos, y hemos organizado diversas actividades. Una de ellas es una charla con el árbitro Alejandro Martínez Flores, quien es considerado uno de los mejores árbitros del mundo y ha sido nombrado el mejor árbitro de España en varias ocasiones. Decidimos incluir esta charla para que los alumnos puedan ver el deporte desde otro punto de vista, entendiendo los valores, la integridad y el juego limpio que puede transmitir el arbitraje. Queremos que comprendan las dificultades de ser árbitro, donde las decisiones no siempre son claras y a menudo deben tomarse rápidamente en situaciones complejas. Alejandro compartirá la importancia de no solo ganar, sino de saber ganar y perder, respetar al rival, hacer amigos y jugar dentro de las normas. Esta charla pretende enseñar a los niños que el deporte es más que la competencia; es también sobre valores como el respeto, la amistad y la solidaridad. Para finalizar, consideramos esencial trabajar estos valores en el colegio. Estamos formando personas que serán adultos, responsables y respetuosos, y es crucial abordar la carencia de estos valores que a veces observamos en la sociedad. Creemos que este tipo de charlas son fundamentales para reforzar estos principios en nuestros estudiantes.”
Una Mirada al Deporte a Través de la Ética y el Respeto: La Perspectiva de un Árbitro Internacional
¿Es habitual que realice estas charlas en los colegios?
No es sumamente habitual, pero sí, a lo largo del año hago 2 o 3 charlas por centro. Además, también realizo charlas rutinariamente para acercarme a los centros y captar árbitros, ya que llevo la tarea de formación arbitral de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia. Muchas veces hay que ir a los centros educativos a explicar cómo funcionamos y a ver si, a nivel de secundaria, los jóvenes pueden encaminar su hobby hacia el aspecto arbitral deportivo. Entonces, esta presentación a la que me han invitado aquí en el CEIP San Miguel viene de la mano de un gran amigo mío, Iván, que trabaja aquí. Estoy agradecido y encantado de estar aquí compartiendo este rato con ellos.
¿Se ha encontrado con situaciones complicadas dentro del campo para poder implantar esos valores que usted quiere transmitir?
Sí, no te puedo negar que sí, pero estas situaciones son las menos. Normalmente, a diferencia del tópico que puede creer cualquier persona de la calle, el árbitro no suele tener problemas a la hora de dirigir un partido. Es cierto que hay mínimas situaciones en las que hay polémica, los equipos están muy nerviosos, y los jugadores y las audiencias también son fogosas, lo que puede generar algún problema debido a ese nerviosismo, algún insulto. Pero normalmente, y más hoy en día, los valores del deporte que se inculcan desde bien pequeños están funcionando en pro del deporte. Y, por supuesto, esos valores los extrapolamos a la vida cotidiana, lo cual me parece un aspecto educativo muy importante: encaminar a los niños a través del deporte para que adquieran disciplina, rigor, y trabajo en equipo, entre otras muchas facetas positivas.
¿Qué les quiere trasladar a estos niños hoy como valores fundamentales no solo para el deporte sino para la vida?
El enfoque de la charla coloquio que queremos hacer hoy aquí con los niños es compartir la situación que he vivido personalmente y que me ha curtido como persona y forjado como lo que soy. Sinceramente, se lo debo todo al ámbito deportivo, en este caso arbitral, que tiene tantísimos ingredientes positivos para la formación de una persona. Hablaremos de todo esto, lo que es disciplina, rigor, saber tratar y empatizar con la gente. Muchos creen que el árbitro es un dictador o una persona arrogante, pero todo lo contrario, intentamos empatizar siempre, manteniendo el control para que el partido transcurra bien. Además, pienso en cómo empecé, levantándome un sábado por la mañana a las 7 u 8 para pitar un partido en una pista al aire libre con dos grados centígrados. Desde entonces, he aprendido mucho de ellos. Quiero que desdramaticen y naturalicen la situación de un árbitro en una pista, porque al final es un amigo y un deportista más. Cuando eliminemos cualquier prejuicio, funcionaremos mejor porque estamos aquí para ayudar a que todo vaya bien en el deporte. Y en segundo lugar, que hagan una actividad deportiva, ya sea como jugador o como árbitro, porque como he dicho antes, pertenecemos a ese bloque de deportistas que disfrutan. A veces no salen las cosas bien y cuesta disfrutar, pero cuando termina el partido y los jugadores se dan la mano entre ellos y al árbitro, el sentimiento de llegar realizado y satisfecho a casa es como un veneno, una adicción de querer otro partido.
¿Es importante la actitud de los padres al ir a ver a sus hijos jugar?
Es muy importante que la actitud de los padres sea la idónea porque es obvio que los niños absorben todos los datos de un padre o una madre que está viéndolos desde la grada. A veces, entiendo que se nos van los nervios. Mi hijo juega, se cae al suelo, le hacen faltas, ¿se habrá hecho daño? El sentimiento de protección es máximo, pero desde ahí hasta pasar la barrera del insulto o de la confrontación hay un abismo que, por supuesto, tenemos que acotar y que no podemos permitir.