MOLINA

Se cumplen 30 años del derrumbe del auditorio.

Recordando el derrumbe del auditorio de Molina de Segura: Un sombrío aniversario de 30 años

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Paco Ayuso

Este mes de julio cumplimos un triste aniversario que nos encogió el corazón, quien subscribe este artículo fue testigo de como se derrumbaba el auditorio que se construía en nuestra villa, en el año 1987 se inauguraba el parque de La Compañía, en su parte norte se había dejado unos terrenos donde los primeros años se instalaba la feria en las fiestas patronales, al inicio de los años 90, los terrenos se cedían para la construcción de un auditorio, una obra colosal que sería imperiosa en el parque y que le daría una gran actividad cultural a Molina de Segura.

Así comenzaron las obras, cuando el auditorio ya iba cogiendo forma, en plena construcción se derrumbó un martes 5 de julio de 1993 a las 13:34 horas, justo unos minutos antes que los obreros salieran a comer, remitiéndonos a nuestra experiencia personal, aquel fatídico y terrorífico día me encontraba en mi habitación escuchando música en el descanso de mi jornada laboral por aquel entonces en Pryca Zaraiche, antes de la llamada de mi madre para comer, un helicóptero sobrevolaba bajo Molina retumbando mi edificio con lo que me asome a la ventana de mi habitación que daba al parque de la compañía para ver como el helicóptero sobrevolaba el propio auditorio para perderse en el cielo, tras mi vista curiosa volví a la cama para seguir escuchando música en mi antiguo Walman Casette, poco después oí una gran explosión o eso me pareció que atravesaron mis auriculares, di un salto de la cama y me volví a asomar, la imagen fue dantesca, ver como aquel auditorio se derrumba como si fuera un castillo de arena, después una enorme humareda como la de la bomba atómica en forma de seta, para que seguidamente el cielo se volviese del color de la propia arena. Recuerdo aún mis propias palabras “Dios mío, ahí tiene que haber gente”

Aquel derrumbe sorprendió a los molinenses a punto de comer, Juan García que por entonces estaba montando una tienda enfrente, estaban en ese momento instalándole el teléfono, su primera llamada para estrenar la línea fue llamar a la guardia civil para que mandaran ambulancias, el mismo sería testigo de ver a dos obreros en un andamio, uno salto como un gato salvando la vida, el otro ya sin apoyo callo al vacío y sótano del auditorio bajo los escombros, tres fallecidos sería el balance de víctimas, Antonio Manzanares vecino de Los Ramos y encargado de la empresa Juyfra, los otros fallecidos sería el joven de 24 años Santos Martínez natural de Bullas y Andrés López de San Pedro de Pinatar. Dos hermanos serían también gravemente heridos, uno de los heridos, no recordamos si era uno de los hermanos, llegando a quedar parapléjico. 

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Según contaron los testigos y técnicos, el motivo del accidente sería al ceder la soldadura de uno pilar metálico que no pudo soportar el peso de la carga del hormigón que se le echó al forjado, así se derrumbaba una inmensa placa que fue arrasando con todo lo que se encontraba a su paso hasta llegar la montaña de escombros al fondo de la obra, una gran polvareda cegó como una onda expansiva el interior y alrededor. Hasta las cinco de la tarde no pudieron acceder los bomberos a los heridos y fallecidos, los gritos de dolor de los heridos cuando los sacaban aún retumban en nuestro recuerdo y corazones.

Tras el accidente, la obra quedo precintada durante varios años, una vez depositadas las indemnizaciones tras el juicio que, si no recuerdo mal al escucharlo en un programa de radio por aquel entonces, oscilaban entre los 70 y 90 millones de las antiguas pesetas. Seguidamente, el juzgado daría el visto bueno para desprecintar la obra y que pudiera continuar la construcción del auditorio, pero la obra ya estaba maldita, los primeros años del actual siglo, ya con Eduardo Contreras como alcalde, se decidió vender los terrenos al actual centro comercial Vega Plaza y con aquel dinero y las ayudas establecidas por el ministerio de cultura se construyó el teatro Villa de Molina inaugurado a finales del 2005.

Ahora se cumplen 30 años de uno de los veranos más horrendos que vivió Molina de Segura con el derrumbe del que iba a ser gran auditorio, desde aquí nuestro recuerdo aquellas víctimas que les sorprendió la muerte aquel maldito medio día del 5 de julio de 1993.

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