Un día especial
El Día de la Madre es un día muy especial que se celebra en muchos países del mundo. En tan simbólico día se honra a las madres y se les reconoce su amor incondicional y la dedicación para con sus hijos.
La historia del Día de la Madre se remonta a la antigua Grecia, allí celebraban una fiesta en honor a Rhea, la madre de los dioses, ahora bien, la celebración moderna de este día surgió en Estados Unidos a principios del siglo XX. Una mujer llamada Anna Jarvis organizó el primer Día de las Madres en honor a su propia madre. Lo hizo en West Virginia allá por 1908 y su gran idea se extendió rápidamente por todo el país. Se hizo tan popular entre el pueblo llano que el presidente Woodrow Wilson firmó una proclamación en 1914, declarando el Día de la Madre como fiesta nacional. Desde ese entonces esa entrañable festividad se fue popularizando y pasó a celebrarse en otros países del mundo, aunque lo hagan en distintas fechas. Por ejemplo, en Estados Unidos y en diversos países de Europa se celebra el segundo domingo de mayo, en México se celebra el 10 de mayo, mientras que en Inglaterra se guían por el cuarto domingo de cuaresma y aquí, es de todos conocido, que lo hacemos el primer domingo de mayo.
Es un día para mostrar nuestro cariño y agradecimiento a quienes nos dieron la vida y guiaron nuestros primeros pasos por el mundo, bien sea con tarjetas, flores o regalos de todo tipo, (aunque desgraciadamente algunos hijos no se acuerdan de sus madres ni siquiera en su día).
El Día de la Madre también es una oportunidad para reflexionar, ¿somos buenos hijos? ¿Devolvemos parte del cariño que ellas nos dan? ¿Les dedicamos el tiempo que merecen o necesitan?…
Ser madre implica una gran responsabilidad y sacrificio, y aunque puede ser un trabajo arduo y difícil, es también uno de los más gratificantes, o eso dicen ellas. ¿Nunca has oído a una madre decir que todos sus males desaparecen cuando ven sonreír a sus hijos? Ellas son así, siempre dispuestas a poner su granito de arena, sea cual fuere la situación sin esperar nada a cambio. Nos enseñan valores, nos educan, nos cuidan, nos brindan apoyo y nos ayudan a crecer en todos los aspectos, así pues, seamos agradecidos, ensalcemos la maternidad y reconozcamos la primordial importancia que la figura materna tiene en nuestro existir.
Dale un beso o un abrazo a tu madre siempre que puedas, pregúntale de vez en cuando cómo se encuentra y si ya te has emancipado, llámala alguna que otra vez y no esperes a que llegue el Día de la Madre para hacerle un obsequio, ellas suelen conformarse con poco, una palabra amable, un gesto cariñoso o una simple visita, por fugaz que sea.
“Una madre te lleva nueve meses en su vientre y el resto de su vida en el corazón”
